El Zorro Artico
El zorro ártico es un animal increíblemente fuerte, capaz de sobrevivir a las gélidas temperaturas del Ártico, que pueden alcanzar los -50 ºC, en las tierras desarboladas en las que habita. Tiene plantas peludas, orejas cortas y un hocico chato, todas ellas adaptaciones importantes para vivir en un clima tan frío. Los zorros árticos viven en madrigueras, y evitan el azote de las fuertes nevadas refugiándose en los túneles que cavan en la nieve.
El zorro ártico luce un hermoso pelaje blanco (a veces gris azulado) que ofrece un excelente camuflaje en invierno. Los tonos naturales le permiten fundirse con la nieve y el hielo, omnipresentes en la tundra. Con el paso de las estaciones, el pelaje del zorro también cambia, adoptando un aspecto marrón o gris que le permite ocultarse entre las plantas y las rocas de la tundra estival.
Estos colores le ayudan a cazar roedores, aves e incluso peces con gran efectividad. Pero en invierno las presas a nivel del suelo pueden escasear. En esa época, los zorros árticos siguen al mayor depredador de la región, el oso polar, para comer los restos de sus cacerías. Cuando hay plantas, los zorros también se alimentan de ellas.
Al igual que los gatos, los zorros usan su gruesa cola para mantener el equilibrio. Además, al zorro ártico la cola le sirve de manta caliente cuando hace frío.
La hembra del zorro ártico pare una gran camada de hasta 14 cachorros cada primavera.
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